Ficha Técnica
Historia de los victoriosissimos antiguos Condes de Barcelona. Barcelona en casa Sebastián de Cormellas al Call.
Autor: Diago, Fr. Francisco
1603. Folio, 289 x 205 mm, piel moderna con hierros y dorados. 8 h.-318 h.-10 h. Portada a dos tintas, gran escudo grabado en portada. Muy buen ejemplar.
Ref: Salvá, 2917: “LIBRO RARO Y BUSCADO”. Ya era obra rara en tiempo de Palau que dice haberla visto imcompleta y con advertencias de su poseedor de no prestarla para no perderla porque es muy rara y no tocarla con las manos sucias para conservarla. En las guardas del libro algún descendiente del primer barón Vrilliére refiere los datos de los sucesivos miembros de esta familia que poseyeron este ejemplar. Diago fue probablemente castellonense y abrazó la carrera eclesiástica sirviendo en la orden de los Dominicos en su casa de Onofre, cerca de Valencia. Enseñó Teología en Barcelona y siendo prior de su convento, Felipe III lo nombró cronista de Aragón. Escribió la historia de la orden de Predicadores en Aragón, una biografía de San Vicente Ferrer, otra de San Raimundo de Peñafort y los Anales del Reino de Valencia, que sólo llegan hasta 1276. Pero sin duda su obra magna fue la que nos ocupa, que fue producto de un largo estudio y de numerosas investigaciones. La obra comienza con la fundación de la ciudad de Barcelona a manos de Hércules el Egipciano, y defiende Diago esta tesis frente a los que dicen que fue Amílcar Barca. Narra ampliamente la época en que Barcelona fue colonia romana y ciudad visigoda. La historia de la llegada al poder de cada conde de Barcelona es la historia de Barcelona y de Cataluña, y recoge datos como la fundación del hospital de Santa Eulalia y del establecimiento de la orden de la Merced en Barcelona en 1223. Así, cuenta la incorporación de la Cerdaña al principado catalán y la unión de éste con la Corona de Aragón gracias a la mediación del senescal de Cataluña, Guillén Ramón Dapifer, alias Moncada. Habla de los templarios en Cataluña, de los servicios que a la Corona prestaron los almogávares en Oriente, que fueron no sólo militares sino también científicos. Dedica varios capítulos a San Olegario; según el autor, la época de este obispo fue tan beneficiosa para Cataluña que no ha habido otra igual. Discute Diago a Zurita, de quien dice que yerra en algunas fechas cuando trata cosas de Cataluña, como el origen del apellido Moncada o el uso por parte de Cataluña de las armas aragonesas. Cita fuentes tales como el Archivo Real de Barcelona (indicando libros y estantes). Es de resaltar el cuidado que demuestra en contar la construcción de la catedral de Barcelona. En los índices se recogen los quince condes de Barcelona, los condes de Urgel, los condes de Besalu, los que fueron condes de la Cerdaña antes de que ésta fuera catalana, los obispos de Barcelona y los de Tarragona, los santos barceloneses, las iglesias y monasterios de esta ciudad y cita veintinueve. Es, en fin, una estupenda crónica de Cataluña y una gran historia de la ciudad de Barcelona.